Contado por un exservidor público de alguna Delegación del entonces Distrito Federal:
Recién había llegado como Subdirector de Adquisiciones a la Delegación, iniciaba el ciclo de la administración, y todos los proveedores de gobierno se presentaban para ofrecer sus productos y/o servicios.
A mi oficina llegó un proveedor de servicios de impresión publicitaria, el cual con el ánimo de vender, me dijo: “licenciado, déjeme ofrecerle la mejor promoción de nuestros servicios, consiste en volantes publicitarios, que harán llegar a cada vecino de la Delegación el cambio de gobierno que se ha dado recientemente, y la ventaja es que entre más volantes me pida, más baratos le van a salir”.
Yo, con ánimo de júbilo por mi reciente asignación, y un poco más, porque me gusta gastar bromas, le dije: “me parece muy bien, me podría hacer tantos volantes hasta que sean gratis”.
Se me quedó viendo muy serio, y esbozando una sonrisa respondió: “no”.
Reí y le dije: “es un chiste, para romper la tensión”.